jueves, 7 de julio de 2016

GANADO DE LECHE



En condiciones naturales, las vacas y sus ancestros producían leche por una única razón: alimentar a sus terneros. Existen muchos factores de gran importancia que afectan el desarrollo de los terneros, pero ninguno de ellos es más vital que la leche. Como es el caso con otros mamíferos, la leche de vaca presenta una composición específica para garantizar la supervivencia inicial de los terneros y su crecimiento adecuado al tener una variedad única de nutrientes en proporciones particulares.
En las lecherías industriales se explota sistemáticamente a la vacas para extraer su leche. A fin de maximizar la producción de leche para consumo humano, se han manipulado y suprimido las necesidades instintivas de estos animales. Con el fin de que las vacas produzcan leche constantemente, estas deben ser preñadas reiteradamente. Las vacas se preñan mediante inseminación artificial y los terneros nacen al cumplirse los nueve meses de gestación. Se separa a los terneros de sus madres al siguiente día (a veces unas pocas horas) de nacidos y nunca vuelven a reunirse. 
A las terneras se las cría para la producción de leche. En una etapa en la que deberían estarse amamantando con la leche de sus madres, se encierra a los terneros en establos individuales. Transcurridas varias semanas, se reúne a los terneros en grupos pequeños en los que cada uno cuenta con un espacio de apenas 35 pies cuadrados (6’x6′ o 3.25 metros cuadrados). Durante toda su adolescencia se alimenta a los terneros con un sustituto de leche ya que la leche de la vaca es más valiosa como mercancía de consumo humano.
La mayoría de los machos acaba en el matadero ya que la carne de ternero se considera un producto “gourmet” en los restaurantes y supermercados de lujo. A ellos también se les niega la posibilidad de amamantarse y recibir el caluroso afecto de sus madres. Las breves vidas de estos terneros se disipan en confinamiento, en encierros tan pequeños que no pueden dar ni un paso, voltearse o tan siquiera estirar sus patas. Bajo estas condiciones sus músculos permanecen en un estado de atrofia indefinida. Se los alimenta con una dieta líquida intencionalmente baja en hierro para que su carne tenga un color gris pálido. Cuando cumplen entre 16 y 20 semanas se matan para vender su carne como un delicado manjar. Cerca del 15% de los terneros se crían como “terneros lechales” y se envían al matadero antes de cumplir las tres semanas de vida.  Durante las últimas décadas, la producción lechera se ha vuelto sumamente mecanizada y ha refinado sus herramientas científicas. La producción anual de leche por vaca ha aumentado de 2.3 toneladas en 1940 a 10.1 en 2007. Este incremento tan asombroso se debe a varios factores, entre ellos: el mejoramiento de las razas bovinas, dietas altas en proteína y el ordeño mecanizado. La tendencia más reciente es inyectarle rBST al ganado. Esta sustancia también se conoce como la hormona del crecimiento bovino (BGH, por sus siglas en inglés). El uso de esta hormona sintética se prohibió en la Unión Europea y en Canadá en 1999 debido a sus posibles efectos sobre la salud humana. Desde un punto de vista económico, la forma más eficiente de extraer una cantidad tan desorbitante de leche es recurrir al ordeño mecánico de las vacas varias veces al día durante un periodo de 10 a 12 meses. Es común que el método y la frecuencia de ordeño causen lesiones en las tetas de las vacas, lo que aumenta su riesgo de sufrir mastitis (la dolorosa inflamación de las glándulas mamarias).
Las vacas criadas para dar leche son también sometidas a la sección parcial de la cola. Esta práctica consiste en cortar dos tercios de la cola del animal, lo que se hace normalmente sin anestesia. La industria lechera argumenta que esta práctica es necesaria para mantener la salud de las ubres y por razones higiénicas en general. Sin embargo, al carecer de su cola, las vacas no pueden protegerse a sí mismas de las moscas y otros insectos que albergan bacterias. Además de practicarles la sección parcial de la cola, la gran mayoría de los ganaderos también descuernan a las vacas. Entre los métodos comunes de descorne están: la aplicación de pastas cáusticas, la extracción de los cuernos (método de la cuchara o tubo), y la cauterización con una barra de hierro incandescente.
Tras ser obligadas a producir cantidades anormales de leche de dos a cuatro años seguidos, el ritmo de producción de las vacas comienza a decaer. Al perder su valor para la industria lechera, se las mata y se las procesa para producir carne magra que se utiliza principalmente en la confección de hamburguesas.
El proceso de transportar el ganado desde los lotes de engorde hasta los mataderos es sumamente estresante. Las vacas, como todos los animales, sienten un temor innato a entornos que no conocen.. Las lecherías industriales han convertido deliberadamente un líquido vivificante en un producto que simboliza la explotación. La industria lechera sigue promoviendo a la leche como un producto beneficioso para la “salud” a pesar de que el 75% de la población mundial son intolerantes a la lactosa.  
En Panamá se consumen por año 300 millones de litros de leche y los productores locales solo aportan 195 millones.
El 85% de la producción de la leche fluida en el país está en manos de los pequeños y medianos productores.
Chiriquí lidera la producción de leche con un 50%, provincias centrales representan un 40% y el 10% es el resto del país; de esta cantidad, el 70% de pequeños ganaderos.
Del 50% de la producción de leche en Chiriquí, un 20% lo aportan los pequeños productores.








Introducción


El ganado bovino es aquel tipo de ganado que está representado por un conjunto de vacas, bueyes y toros que son domesticados por el ser humano para su aprovechamiento y producción; es decir esta clase abarca una serie de mamíferos herbívoros domesticados por el hombre para satisfacer ciertas necesidades bien sea alimenticias o económicas. El ser humano puede generar grandes ganancias en la crianza de estos animales debido a que puede obtener diversos elementos de ellos como su carne, piel o leche, por ende se puede decir que el ganado vacuno es una de las mejores inversiones económicas en cuanto a la crianza de animales se refiere; además generalmente sus derivados son utilizados para la realización de otros  productos de uso humano.

En la actualidad el ganado vacuno puede ser clasificado en dos especies que son la Bovidae taurus, originaria del continente europeo comprendiendo gran parte de los diversos tipos de ganado lechero y de carne; por otro lado está la Bovidae indicus con procedencia de India que suelen ser identificados por la joroba que se encuentra entre los hombros o en la cruz del animal.

conceptodefinicion.de/ganado-vacuno-o-bovino/
http://mundo-pecuario.com/tema175/razas_bovinos/
https://es.wikipedia.org/wiki/Bovinae


GANADO DE CARNE





En las fincas ganaderas del país el ganado no se considera más que una simple mercancía. Entre más rápido y más grande crezca, mayor será su valor para la industria cárnica. Con el fin de maximizar el potencial de crecimiento, la reproducción ya no ocurre de forma natural sino que se hace de forma científica. A los machos que se seleccionan para reproducción o cruzamiento se los llama “toros reproductores”. Su semen se utiliza para inseminar artificialmente a miles de hembras. A las hembras se las llama “novillas” cuando aún no han dado a luz. Después de haber parido se las llama “vacas”.
Los machos que no se seleccionan para reproducción se castran y se los llama “bueyes”. Para castrar a los machos se utiliza un cuchillo o bisturí. Se corta el escroto y se remueven los testículos. El buey pierde una cantidad considerable de sangre durante este procedimiento. Debido a que esos tejidos contienen numerosas terminaciones nerviosas y vasos sanguíneos, y a que el uso de anestésicos se considera un gasto innecesario, el dolor es insoportable. Además de castrarlos, se cortan o queman los cuernos de los machos, cortándose también vénulas y arteriolas en el procedimiento. El tercer tipo de mutilación que se les practica es el herraje o marcaje. Hay dos métodos de herraje: en caliente y en frío. En el primero se aplica un hierro candente sobre la piel del animal y La piel se quema y queda marcada con un número, y el proceso causa gran dolor al animal.
El ganado pasa sus primeros seis a ocho meses de su vida pastoreando. Si bien ese tiempo de pastoreo satisface algunas de sus necesidades instintivas, el confinamiento artificial expone al ganado a muchos peligros. Al confinárselo a permanecer en un área determinada, el ganado con frecuencia no tiene cómo protegerse de los climas extremos. Muchos de estos animales mueren como consecuencia del intenso calor, de enfermedades entre otros. El ganado doméstico también es vulnerable al cuatrerismo.
Después de pastorear durante varios meses, se transfiere al ganado a corrales de engorde confinados. El objetivo de estos corrales es que los animales ganen un peso considerable en un corto periodo de tiempo. Durante los seis a ocho meses que siguen, se los alimenta con concentrados a base de grano y con un alto contenido proteico, compuestos de maíz, soya y una variedad de otros productos secundarios. Algunos de esos productos secundarios son de origen animal y se consideran inadecuados para el consumo humano. De acuerdo con los últimos lineamientos de la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés), los concentrados para ganado pueden incluir proteínas que no provengan de mamíferos así como estiércol de pollo. Otro aspecto que se pasa por alto casi por completo es el hecho de que los ingredientes vegetales provienen de plantas que han sido tratadas con varios productos agroquímicos, los cuales terminan por acumularse en los tejidos del ganado. Debido a que lo bóvidos tienen estómagos altamente especializados para digerir los pastos, la dieta con concentrados procesados les causa una multitud de problemas digestivos.
Se añaden hormonas a los concentrados que se dan a casi el 90% del ganado que se cría. A la comunidad científica le preocupa que muchas de esas hormonas pudieran tener la capacidad de causar graves problemas de salud en los seres humanos. Por lo anterior, la Unión Europea ha prohibido el uso de hormonas de crecimiento en la producción doméstica de carne así como la importación de carne de ganado que haya sido tratado con hormonas. Además de las hormonas, se añaden antibióticos a los concentrados que se dan a casi el 83% del ganado que se cría. Esas drogas se administran tanto por razones terapéuticas como no terapéuticas. Los tratamientos terapéuticos tienen un carácter preventivo a fin de evitar que el ganado se enferme a causa de las mayores poblaciones bacterianas favorecidas por las condiciones de vida artificiales en las que vive. Los antibióticos administrados de forma terapéutica también ayudan a fortalecer de forma artificial el sistema inmune del ganado ya que deben soportar distintos niveles de estrés a lo largo de su vida. Los tratamientos no terapéuticos funcionan de una manera similar a las hormonas de crecimiento.
Al utilizarse grandes cantidades de estiércol como fertilizante agrícola, los residuos de las hormonas de crecimiento y de los antibióticos se infiltran en el suelo y acaban llegando a las corrientes de agua y a los lagos. Estos productos químicos pueden tener un efecto devastador sobre los ecosistemas acuáticos, especialmente sobre los peces y los anfibios.
Cuando cumplen de 14 a 16 meses de edad y han alcanzado las 1,200 libras (544 kg) de peso, se acorrala a las reses y se las lleva a los mataderos. El proceso de transporte del ganado desde los lotes de engorde hasta los mataderos es sumamente estresante. El ganado, como todos los animales, siente un temor innato a entornos que no conoce. Los transportistas viajan hasta 10 horas seguidas sin descansos. Estas 10 horas pueden extenderse a 15 si el ganado presenta problemas. Durante todo ese tiempo, los animales están privados de agua y alimentos, y es común que sufran de vómitos y diarrea a causa de los largos periodos en movimiento y a la manipulación.

Cuando llega a los mataderos, se conduce al ganado a través de unas mangas que son amplias al principio pero luego se estrechan. Se conduce a cada animal hasta un “cajón de aturdimiento” diseñado para inmovilizarlo y aturdirlo. El objetivo es penetrar el cerebro del animal sin dañar el tronco encefálico. Si el tronco encefálico se cercenara, el corazón dejaría de bombear sangre y el animal no se desangraría tan rápidamente como se desea o no lo haría totalmente. La pistola de proyectil cautivo es la herramienta que se utiliza más comúnmente para este procedimiento. La pistola se coloca firmemente sobre la frente del animal y se dispara. Un proyectil puntiagudo penetra el cerebro y le provoca al animal espasmos incontrolables y un posterior colapso. Tras colocársele un gancho en una de sus patas traseras, se eleva y cuelga al ganado de cabeza y se le hace un corte en el cuello y una incisión de ahí hasta el abdomen. Durante el desangrado muchas reses recuperan la conciencia.

El Brahman es el resultado de mezclar varias razas de ganado -como por ejemplo la gyr, la indubrasil, entre otras- que fueron introducidas a Norteamérica por los años 1923.
Con la finalidad de contar con este producto en Panamá y mejorar la ganadería nacional, por los años 1963 los ganaderos comenzaron a producir animales de este tipo, cruzándolos con el ganado criollo originario de la época de los españoles.
En la actualidad, la raza brahman representa el 90% del ganado cebú (producción de carne y leche) y este último representa el 75% del hato nacional, según datos de la Asociación de Criadores de Cebú en Panamá (Cricepa). En todo el territorio nacional se cría el ganado brahman, siendo la provincia de Chiriquí una de las mayores productoras, al igual que Panamá y Darién.